lunes, 7 de enero de 2013

El Culebreo- 1º



     Aún no había despuntado el día cuando Roberto Troncoso apagó la cafetera. Se sirvió el café con un poco de leche y unas gotas copiosas del pacharán que su abuelo seguía haciendo en su cobertizo de la aldea donde vivía y donde nació él. Llevaba viviendo en Taza desde no se acordaba cuando, pero la nostalgia le invadía casi diariamente al beberse el café.

     El sargento Buendía le había despertado cuando soñaba con Ainoa y mientras miraba por la ventana le maldijo. Siempre había esperado  aquella llamada, pero en Taza nunca ocurría nada que valiera despertar al inspector de policía.

     Apenas pudo entender nada de lo que el sargento le decía, solo sabía que la extranjera estaba muerta. Cadáver, pensó, mientras le daban la noticia. Tenía que ser Amelié, era la única extranjera que vivía por aquellos andurriales.

     Cuando llegó al prado algo alejado del pueblo y vio la furgoneta de Amelié se estremeció. Se dio realmente cuenta que era su cuerpo el que estaba desparramado al fondo, bajo la manta. Encendió un cigarrillo para disimular la turbación que nadie habría podido constatar ya que el jaleo que había en el lugar era enloquecedor.

 El Sargento Buendía se había encargado de destrozar todo el prado, y los policías en practicas estaban tan desconcertados que por no saber que hacer, se movían como abombados por todo el recinto.

     María, la amiga de la extranjera estaba en estado de casi histeria y él la cogió por el brazo y la apartó del lugar sin entender como nadie lo había hecho antes.

     Mandó que se la llevarán al pueblo y se acercó a Fernando Vázquez, el medico del pueblo, para que le contará que coño había pasado.

Vázquez solo le pudo decir lo obvio, que estaba muerta y que hasta que no le hicieran la autopsia no podía aclararle nada.
................................(Continuará)

1 comentario:

Miss Daisy dijo...

a mí la nostalgia me invade diariamente sin necesidad de tomar un café,. la música callejera de feria...la cabra subida en una escalera, dudando si se tira al suelo ó al tío que la ha plantado ahí. En mi próxim vida estudiaré los sentimientos de estos artistas premiados con un terron de azucar ó con una oreja del domador , si son tigres "yonkys"que tambien lor hay.